sábado, 23 de mayo de 2009

SEMANA SANTA 2009

La Semana Santa del año 2009 ha supuesto la consolidación del cambio iniciado el pasado año en las costumbres que tiempo atrás han guiado la organización de la Fiesta Principal y el Vía Crucis Penitencial. La celebración de la Paraliturgia, bajada del Cristo del Altar y traslado de la Imagen hasta el Templo que todos los años se realizaba el mismo Martes Santo, se adelantó el pasado año al Lunes Santo y éste al Sábado de Ramos, lo que ha supuesto todo un éxito en cuanto a la participación de hermanos y devotos, refrendado por la palabras de agradecimiento de las muchas personas que nos acompañaron y pudieron llevar a nuestro Crucificado por las calles de Úbeda durante la mañana del Sábado de Ramos.
Una vez finalizado el traslado, se situó la imagen del Cristo de la Noche Oscura sobre su nuevo trono, que para este año, además de incorporar los nuevos brazos más largos y con almohadillas, estrenaba las nuevas capillar realizadas por los artístas Manuel Rodríguez y José López según diseño de Antonio Espadas, que en próximos años albergarán imágenes de bulto redondo relacionadas con la cofradía.
Nos despertaba el Martes Santo con un tiempo inestable, dejando sobre las calles de Úbeda varias tormentas lo que hizo dudar sobre la posibilidad de realizar sin contratiempos la procesión de la noche. No obstante, tal y como marcan los estatutos, a las 20’30 horas daba comienzo la Fiesta Principal de la Cofradía, en un templo completamente lleno de fieles que quisieron participar en la celebración eucarística que sirve de preparación para el vía crucis. La Fiesta Principal, cuidadosamente preparada y dirigida por el hermano de la cofradía Bartolomé J. Martínez García, fue presidida por D. Felipe Acosta Rodriguez, S.D.B., Director del Colegio Salesiano y Consiliario de la Cofradía. Durante la misma se impusieron las medallas a los nuevos hermanos de la Cofradía y hubo un emotivo recuerdo de los hermanos fallecidos el pasado año.
A las 22’00 horas, sin amenaza de lluvia pero bajo un intenso frío, las puertas de la Iglesia de San Juan Bautista se abrían y salía a la calle la cruz guía de la hermandad, encabezando las dos largas filas de penitentes que iluminaban con su faroles el cortejo procesional. En la calle aguardaba la salida del Crito de la Noche Oscura un elevado número de personas que observaban cómo desde el interior, en un tempo completemente a osuras, aparecía caminando la imagen del Crucificado de Palma Burgos, iniciando de esa forma el camino del calvario.

El texto del Vía Crucis fue preparado por el hermano y directivo Victor Expósito Villar, el cual quiso dedicar su obra a nuetro querido hermano Manolo Molina, fallecido el pasado 3 de agosto. Hay que destacar que por vez primera el Vía Crucis ha sido publicado en un libro gracias a la gentileza de su autor, destinándose los beneficios obtenidos por su venta a Cáritas, Misiones y a la propia cofradía. El Vía Crucis, escrito con sencillez pero con una gran profundidad, llegó al corazón de quienes nos acompañaron en esa fría noche, siendo unánime la felicitación al autor por acercarnos tan magistralmente al camino seguido por Jesús hasta su muerte.
La procesión, un vez salió del patio del Colegio de la Sagrada Familia, recorrió las calles Cristo Rey, Sagasta, Alaminos, Cronista Cazabán, Obispo Cobos, Callejón de Santiago, Vandelvira, Ramón y Cajal, Miguel Hernández, Ramón Gutierrez, Evarísto Sánchez y entrada en el Santuario de María Auxiliadora. Especialmente emotivo fue el paso por las calles Alaminos y Cronista Cazabán, zonas más apropiadas para el recogimiento y la meditación de las estaciones del Vía Crucis, y en donde la imagen del Cristo se fundía con los faroles de los hermanos que le acompañaban en la oración. A la una de la madrugada finalizaba el Vía Crucis en la puerta de la Iglesia de María Auxiliadora, con el rezo de la décimo cuarta estación y la oración al Cristo de la Noche Oscura, con la satisfacción de todos los participantes de haber podido un año más portar a su Cristo por las calles de Úbeda. En la puerta de entrada al templo nos esperaba la Junta de Gobierno de la cofradía de Ntro. Sr. Jesucristo en su Prendimiento junto a su bandera como muestra de los fuertes lazos que unen a las dos cofradías que compartimos sede canónica.

Como en años anteriores durante la procesión contamos con el apoyo de nuestros hermanos del Cristo de la Buena Muerte que se emplearon a fondo para que los cirios del trono permaneciesen siempre encendidos, para regular la altura de las patas del trono y para controlar el recorrido y el acceso al interior de la Iglesia de María Auxiliadora. Igualmente contamos con la ayuda de nuestros hermanos del Prendimiento que nos trasladaron las faroleras y en todo momento estuvieron a nuestra disposición para prestarnos su ayuda.

Agradecer igualmente a la Cofradía de Ntro. Sr. en la Columna por facilitarnos la salida de la Iglesia de San Juan Bautista al dejarnos la rampa que en su día construyeron cuando la hermandad tuvo que mudarse de la Iglesia de San Isidoro mientras duraban sus obras y a la Cofradía de Ntro. Sr. en su Sentencia por facilitarnos los medios y las personas para poder pesar el trono.El Miercoles Santo se procedió a la recogida de todos los enseres de la procesión y se realizó un primer análisis de lo acontecido durante la procesión, manifestando todos lo asistentes la satisfacción por los resultados obtenidos con las reformas y medidas adoptadas para este año, pues ha resultado todo un éxito la iniciativa de medir antes de la Fiesta Principal a todos los hermanos que iban a portar al Cristo. Esta labor fue desarrollada por los hermanos Francisco Moro y Salvador Molina que contaron con la imprescindible ayuda que el hermano Manuel Ruiz Ramos nos ofreció al confeccionarnos desinteresadamente un programa informático que ordenaba a todos los penitentes por escuadras de 32 según la estatura de hombro. Igualmente satisfactorias fueron las medidas adoptadas para reducir el peso que cada hermano debía llevar mientras portaba el Cristo, consiguiendose reducirlo hasta los 21 kgrs. aproximadamente, cantidad bastante inferior a la soportada el pasado año.

En cuanto a la participación de la cofradía durate el resto de la Semana Santa hemos de informar que, como en años anteriores, dos hermanos vestidos con la túnica reglamentaria y portando báculo, representaron a nuestra cofradía en las procesiones del Santo Entierro (este año, debido a las incertidumbres meteorológicas previas, se suspendió la procesión General) y del Resucitado.

Igualmente hay que destacar que este año nuestra cofradía ha tenido el privilegio de poder realizar dos "levatás" que han sido dedicadas por sus costaleros a nuestro Cristo Crucificado. El Lunes Santo en la Plaza del Ayuntamiento, ante el precioso paso de palio de Ntra. Sra. de Gracia, el capataz Rafael Martínez Redondo y el Hermano Mayor Santiago Muñoz de la Torre, dedicaron una emotiva levantá a nuestro Cristo que fue respondida por los costaleros con un ímpetu admirable elevando la imagen de María hasta el estrellado cielo del Lunes Santo. El Viernes Santo de madrugada volvimos a ser obsequiados con una nueva levantá que puso los pelos de punta al reducido grupo de semanasanteros que acompañaban el paso de Ntro. Sr. en su Sentencia en su camino de regreso a Santa Teresa. Al igual que la pasada Semana Santa en la calle Trinidad, fuimos obsequiados con una entrañable levantá; este año hemos recibido ese honor en la esquina de las calles Torrenueva y Bolero, lo que pone de manifiesto las excelentes relaciones de hermandad que existen entre ambas cofradías. Este año al final del recorrido y con los costaleros ya cansados del esfuerzo de toda la madrugada, su capataz y Hermano Mayor, Manuel Jesús Ruiz López, dedicó unas preciosas palabras a nuestra cofradía que fueron replicadas de inmediato por todos los costaleros levantando al cielo el magnífico trono de Jesús Sentenciado.

(Fotografías: Cruz de Guía, Manuel Ruiz Ramos, Alfonso Donoso Barella y Carlos J. Gómez)

jueves, 21 de mayo de 2009

EN RECUERDO DE D. GONZALO HUESA, UN SACERDOTE INQUIETO

(Autor: Fernando Gámez de la Blanca. Artículo publicado en la revista "Ibiut")

Ningún marco temporal más apropiado para recordar a Monseñor Gonzalo Huesa Lope, que estas fechas de Semana Santa, en las que Úbeda se viste de pasión y se impregna con olores de incienso y de primavera naciente. Él fue para muchos de los ubetenses y para la vida religiosa, cultural y docente de nuestra Ciudad un referente desde las aulas, el púlpito o la cátedra de la vida, durante el tiempo que, como Salesiano, estuvo entre nosotros.

Su reciente fallecimiento, precisamente el 8 de Diciembre festividad de la Inmaculada, en su ciudad natal, Ronda, en donde desempeñaba la labor de Párroco de Santa María la Mayor, bellísima iglesia rondeña, en pleno centro monumental, enriquecida por D. Gonzalo con el templete del Corpus, el impresionante retablo del Vía Lucis Mariano, el Misterio de la Encarnación y el Cristo de la Reconciliación, hizo que se reunieran en su funeral dos Obispos, más de treinta sacerdotes e innumerables feligreses, familiares y amigos que abarrotamos el templo, para ofrecer nuestra última plegaria y dar nuestro definitivo adiós al “rondeño universal, al salesiano amigo, al siempre sacerdote, al hombre generoso, detallista, familiar, sorpresivo, desconcertante, creativo, inquieto, trabajador incansable, permanentemente enamorado de Dios, de María Auxiliadora, de los jóvenes, de las personas…, que ha ido dejando su huella por donde ha estado; una huella múltiple y honda, perdurable; ha sido un sembrador de Evangelio, de sueños, de alegría, de ilusiones, de esperanzas, de autoestima, de amistad, de confianza en la Providencia”, palabras literales con las que lo retrató su gran amigo D. Juan Andrés Fuentes, Director durante el Cincuentenario de los Salesianos, el día que lo presentó antes de pronunciar su estupendo Pregón, última vez que estuvo entre nosotros, próximo ya a partir para la Casa del Padre.

Su relación con Úbeda y sus gentes fue intensa y fecunda durante los seis años que estuvo entre nosotros (desde 1963 hasta 1969). Destinado al Colegio Salesiano nada más concluir sus estudios de Filología Románica, confiesa, según manifestó en su Pregón, que le dolió y que se disgustó muchísimo, pues para él Úbeda, más que Córdoba, era una ciudad “lejana y sola”. Después entendió que a Úbeda se llega llorando, pero se la abandona llorando todavía más.

Encargado por sus superiores de la Asociación de Antiguos Alumnos y de los Cooperadores, fue conocedor de la preocupación de éstos por construir un templo en honor de María Auxiliadora a tono con el Colegio, inaugurado nueve años antes. Empezó a pensar o, como él mismo dice nuevamente en su Pregón, “empecé a soñar en una iglesia amplia, con planta de sector circular, en cuya curva menor se colocarían el presbiterio y el altar mayor, y cuya curva menor cerraría, con cinco puertas de acceso, la entrada al interior…”.Discutida la idea en Junta directiva, decidieron presentarla al arquitecto y… a trabajar para buscar el dinero. Dios proveyó y la obra fue adelante, gracias a la generosidad de los ubetenses, pues llovieron los donativos y hubo grandes aportaciones. Este fue uno de sus grandes logros.

La creación de la Hermandad del Cristo de la Noche Obscura, fue otro logro, compartido por un grupo de intrépidos Antiguos Alumnos y amigos de los Salesianos, que se plantearon esta pregunta: ¿Por qué no crear una Cofradía, cuya única finalidad fuera la de conservar el ejercicio público del Vía crucis, cada Martes Santo, por las calles de la Ciudad? Se contestó que sí y se fue perfilando, con ideas y opiniones de aquellos fundadores, cómo debía ser tal Cofradía: una Hermandad algo especial; no se podía intentar ni competir, ni emular, ni dañar a ninguna de las Hermandades ya existentes en la Ciudad; había que salvar el Vía Crucis popular, asegurar la participación, decidir qué Cristo se llevaría y cómo portarlo para que todos lo vieran; qué tipo de túnica convenía a los Hermanos… Una cosa quedó clara: la creación de la Hermandad estaba decidida.

La ejecución del Cristo de la Noche Obscura adquirió caracteres de difícil odisea. A la hora de buscar escultor, el acuerdo fue unánime: lo tenía que tallar Palma Burgos; pero Palma Burgos había colgado las gubias y se había dedicado sólo a la pintura, además se había marchado a Italia. El trabajo de localizarlo, de hacerlo venir de nuevo a España, de argumentarle y de convencerlo fue mérito exclusivo de Andrés Fuentes Garayalde. Visitado en Málaga el escultor, D. Gonzalo le explicó cómo querían fuera el Cristo. Transcribo sus palabras, tomadas del Pregón del Cincuentenario: “No queremos un Cristo cualquiera. Queremos un Cristo que, visto de frente sea el Cristo de Velázquez. Y visto desde los balcones, porque es un Cristo procesionable, se vea descoyuntado y caído hacia delante, como el Cristo de San Juan de la Cruz interpretado por Dalí. Caído a plomo, como queda una golondrina muerta cuando se coge por la punta de las alas. Así de sencillo”. Una vez terminado en un taller improvisado en el Colegio Salesiano, Palma Burgos le dijo: “D. Gonzalo, hemos hecho un buen trabajo. Fíjese bien. De frente, el Cristo de Velázquez, pero con más dramatismo. Desde arriba, el de S. Juan de la Cruz…¡¡D. Gonzalo, quien quiera verle la cara, tendrá que ponerse de rodillas!!.” En la Semana Santa de 1966, la Hermandad hizo su primer desfile procesional. Tras abandonar Úbeda, D. Gonzalo ha vuelto en diversas ocasiones para participar y dirigir el Vía Crucis de sus amores.

También fue D. Gonzalo pionero, junto a D. Manuel Fernández Peña, en la creación de un Centro Juvenil de la Asociación de Antiguos Alumnos Salesianos en el edificio de la Cultural, abriendo así la acción salesiana al trabajo con jóvenes no inscritos en el Colegio. La primera actividad que se creó fue la del teatro y así fundó el TES de Úbeda con un grupo de inolvidables jóvenes aficionados entre los que cabe destacar a Antonio Castillo, Manolo Piña, Gregorina Fuentes, Conchita Ortega, Alfonso Bordés, Rosarito y Juan Ramón Martínez Elvira, a los que nos unimos después antiguos y nuevos aficionados al teatro, que engrosaron el número de socios del TES. La actividad teatral sirvió de gancho para montar el resto de actividades que se desarrollaban en la Cultural: Coloquios de Educación, Escuela de Idiomas, Cursos de Administrativo, Conferencias Quincenales, Tertulias de Arte…

Creemos que estas pinceladas sobre la vida de D. Gonzalo entre los ubetenses, refuerzan los calificativos que enumeramos al principio de este artículo. Si D. Gonzalo hizo mucho por Úbeda, Úbeda le debe también un gran reconocimiento a D. Gonzalo. Queremos que nuestro escrito sea una modesta aportación a este reconocimiento. Y para concluir no me resisto a transcribir el “testamento espiritual”, breve y sencillo, a la vez que profundamente cristiano, que leyó el día de su funeral D. Antonio Jesús Carrasco, Párroco de Arriate y Capellán del Hospital de Ronda y que dice así:

Jueves, 20 de Noviembre de 2008, 13´15 horas, y me dice: “Antoñito, hijo mío, coge un papel y escribe lo que te diré, y léelo tú el día de mi entierro para despedirme de esta manera”:

Jesús Amigo, si me quieres aquí estoy, como siempre. Te doy gracias Señor por todos los bienes que me has dado en vida y por los que me darás ahora en la muerte.

Doy gracias a mi familia por la educación y el cariño que me han dado. Doy gracias a los amigos por haberme sabido querer, aun contando con mis defectos.

Pido perdón a Dios por lo que le he ofendido y por lo que le he olvidado. Pido perdón a mis hermanos de sangre por la cantidad de disgustos que les he proporcionado.

Pido perdón a mis amigos y antiguos alumnos por el trato que, a veces, les dispensé y por los escándalos y malos ratos que les haya podido dar.

A todos los amigos, feligreses y hermanos de hermandades que tanto me han ayudado, mi cariño, mi recuerdo y la promesa de pedir por ellos ante Dios.

A todos aquellos a los que hubiera podido ofender les pido perdón, haciéndoles constar que muchas veces les he podido hacer llorar por aquello de que bien los he querido.

No lloréis porque me voy. Soy feliz al saber que me espera mi Amigo Jesús y que dejo aquí tantos amigos como sois vosotros, hasta que Dios quiera.

Un abrazo, Gonzalo Huesa Lope.

Concluir por mi parte, que es tan amplio el “currículum” de D. Gonzalo, tal vez no conocido en su totalidad porque sólo estuvo unos pocos años de su vida entre nosotros, que no voy a explicitarlo en estas líneas; pero sí destacar de él, una vez más, lo que dijo D. Juan Fuentes en su presentación: “Esta es la grandeza del que ha llegado a reconocerse en público como pobre hombre, humilde cura, modesto profesor.”

Y yo añado y ha sido honrado en vida con los títulos de Hijo Predilecto de Ronda y Prelado Doméstico de Su Santidad, de ahí su consideración de “Monseñor”, con la que lo hemos nombrado al comienzo de nuestro artículo.

Descanse en paz.

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