Mi etapa como Hermano Mayor
de la Cofradía de la Soledad concluirá prácticamente con el Viacrucis
extraordinario. Asistir desde esa responsabilidad y ser partícipe del acto más
profundo, completo y cuidado que hasta el momento he vivido en el mundo de la
Semana Santa, lo considero un regalo. Esa guinda del pastel culminará una etapa
de esos 6 años al frente y al lado de la Soledad, y junto a las demás cofradías
de mi Úbeda.
Ese acto único, en el que
participaran las cofradías de la Semana Santa, y en el que La Soledad se hará presente con su imagen titular de una manera
especial, será para los que sentimos a la Madre como alguien tan cercano rozar
la perfección desde punto de vista emotivo. ¿Habrá otro acto que haga que la
Soledad vuelva a estar en la Basílica? Si se vuelve a repetir y no estamos
aquí, al menos nos podremos ir con el gusto de haber vivido esta experiencia
única y profunda.
La ocasión supone en sí
misma un reconocimiento a la Cofradía de la Soledad y a una devoción que para
mí es el alfa y la omega de la Semana Santa. Para nosotros como Cofradía es un
motivo de orgullo y honda satisfacción. Los hermanos de la Noche Oscura nos han
hecho patente su gratitud en varias ocasiones y es público y notorio su
agradecimiento hacia nuestra Cofradía por aceptar este reto y por ayudar en la
medida de nuestras posibilidades. Pero nuestra ayuda hacia la Noche Oscura ha
sido tan solo ponernos a su disposición, para todo cuanto necesiten.
En realidad nosotros somos
los agradecidos por el reconocimiento que se hace a nuestra hermandad. Y ello
por una sencilla razón: sentimos que se hará justicia con nuestra historia, con
nuestros origines, con esta devoción que se pierde en el tiempo, pero no solo
se hará justicia con la Cofradía de la Soledad, sino en cierto modo con tantos
siglos de devoción cristiana ubetense a la Madre de Dios en su dolor. El origen
del cristianismo, del seguimiento de Cristo, y, en definitiva, de todo es Ella.
De Ella nacieron todas las devociones y, aún hoy, es
parte esencial del paradigma de esta tradición cofrade.
La Úbeda cofrade y la no
cofrade se darán cita en Santa María el día 11 de marzo de 2016. Los aguerridos sanmillaneros acudiremos a la
cita con nuestra sagrada Imagen titular, acercaremos a los fieles asistentes al
Viacrucis, esa religiosidad popular que nos transciende. Aportaremos esa devoción
profunda de las gentes de a pie, de una parte del pueblo que cuenta los años
por viernes santos. Y que reza como en ningún otro momento en ese día, cuando
atardece, cuando ya ha acabado la pasión de Jesús, cuando ya ha expirado. Esa
es la misión de la Hermandad de La Soledad en el Viacrucis claustral que vivirá
el pueblo de Úbeda el día 11 de Marzo, sumar esa forma de devoción nuestra tan
particular a todas las otras, la de las capillas esplendorosas con la del
sencillo barro y el ladrillo. A la Madre de la Soledad se le reza desde las
entrañas, se le reza con el nudo en la garganta, cuando uno está completamente
abatido.
La Soledad sale al encuentro
de la gente, incluso de aquellos que coquetean con el paganismo y que no bajan
a verla a su humilde templo. Es ella la que busca a la gente para consolarla. Y la gente,
aunque a veces ni siquiera lo sepa, la busca a Ella. La busca para hacerla la Reina
del pueblo llano, la Virgen cercana que es Madre y amiga de todos.
En este Viacrucis, nuestro grito de guerra alcanzará su significado
completo. Al gritar ¡YA ES NUESTRA! Será, más que nunca, de todos, de toda
Úbeda, de todos los ubetenses.
Francisco López Marín*
*Nuestro hermano es también Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestra
Señora de la Soledad y María Magdalena.
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