15.- Portadores de Cristo
Cesa
la música y luego el silencio. El cambio de escuadra se completa en cuestión de
segundos y te ves debajo del crucificado. El silencio, un silencio ceremonial
que deja huella, es un velo mucho más denso que el que deja traslucir la figura
del Nazareno. Este hermano es uno de los más de 90 que han ido llevando a Cristo
a lo largo del camino de la cruz. Pertenece a la última de las 15 escuadras, por
lo que ha tenido más tiempo para interiorizar el sentido de esta vía dolorosa.
Quizá por ello su rostro transmite tan bien recogimiento y emoción. Es la suya
una imagen arquetípica del saber estar cofrade: perfecta formalidad en el
atuendo, recta la figura, firme la mano que se adivina al otro lado asegurando el
madero, el cordón de la medalla bien alineado y la mirada perdida en el
infinito... Entre tanto el tenor ha comenzado su solo: «Ahí te quedas, Cristo,
como hoguera apagada, /Yacente, como el hielo sobre el mármol...»
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