9.- Cardenal
La
luz en este tramo no es buena y el Cardenal debe tomar el micrófono que
habitualmente sirve un acólito para evitar las sombras. Son sus palabras pero
quiere ser fiel al texto que preparó. Un texto breve, dicho con fuerza, con
convicción y lanzado como un dardo al corazón de cada hermano. Esa es la caña de un pescador de almas. «Apóyate
en el cimiento de la fe», nos dice. «Aunque tenga que caminar entre cañadas
oscuras, tu cayado, tu cruz me sostiene», nos dice. La estación corresponde al
momento de la caída «bajo el peso de la cruz» y, sin embargo, el Cardenal nos
habla de una cruz que sostiene, que sirve justamente para ayudar a levantarnos.
Es la nuestra una fe que desafía lo aparente. Lo que otros tomaron por signo de
oprobio es para nosotros signo de salvación, lo que otros consideran debilidad
se convierte en el apoyo más seguro...
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