11.- Los cortejos
Las
luminarias están prendidas en espera del señor de la casa. Los miembros del
cortejo evidencian estar prestos a ejercer sus funciones. Han vestido sus
mejores galas, han enguantado sus manos según las reglas de sus estatutos y se
han puesto las medallas de sus hermandades. Ahora esperan y contemplan cómo el
crucificado avanza hacia ellos. Saben que ya es sólo cuestión de pocos
minutos... El contacto con el leño de la cruz es una sensación siempre
impactante para cualquier cofrade. Acompañarlo es sentirse acompañado por Él. ¿Qué
hago ahora?, seguro que se pregunta más de uno de los participantes en este
acto. ¿Puedo rezar o me distraeré de las indicaciones? ¿Le pido por los míos?
¿Le digo en dos palabras lo que me aflige? ¿Intento disfrutar del momento? Jesús
guarda un mensaje para cada uno de los que a Él se acerca.
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